domingo, 30 de noviembre de 2008

Todo sucede en una tómbola. Me fui a verla porque hacia buen tiempo no disfrutaba de su presencia. Tenía ganas de solo sentirme bien. De ser un Dioniso.

Su mirada no hacia mas que radiografiarme, sin darse cuenta claro. Menoscababa sus poderes hipnóticos con esos misteriosos ojos. Bueno, suelo hacerlo con muchas personas, hasta que me sorprenden con algunos de sus talentos.

Ahi estaba, frente a frente. La luz chocaba contra su rostro. Su sonrisa bajaba mi guardia. Queria abrazarla. Queria decirle tantas cosas. Pero sabia que iba a ser un intento vano. Sabia que solo ebrio lo haria. Sabia que ella me rechazaria.

Seguía mirando sus ojos. No paraban de ponerme en trance. La música solo contribuia con el momento.

"¿Hora de despedirse? ¿Por qué? No quiero dejar de verte... Quiero estar contigo una eternidad. Decirte todo en pocos actos. Decirte todo y mandar todo al diablo."
Eso pasaba por mi mente mientras daba el beso de despedida.

Se daba la vuelta para seguir con su vida, común y silvestre. Mientras se daba vuelta, mi corazón no podía seguir un ritmo definido. Mi corazón presentía algo malo. Presagiaba que sería el final.

No se equivocó al tomar cuentas. "Fue", como muchos dicen.

Ahora que el silencio que me rodea, y melodias sucumben mi mente, no sé que pensar. Podría decir que fue posible, que fue lograble. Pero mientras no despejen mi mente, solo estaré en confusión.

Ahora que el licor rodea mis venas, solo sé decir incoherencias. Ahora que el licor rodea mi mente, solo sé que estoy demente.

Javier.

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