miércoles, 12 de noviembre de 2008

Ajeno a lo nuestro

No es algo simple de explicar en palabras o en letras lo que estar a solas con tu alma sin más compañía que la de un celular esperando un mensaje que nunca llegará.

Lo único que te mantiene despierta es el hermoso cielo con estrellas bellamente organizadas que parecen girar solo en torno de una bella luna llena.

El sentimiento no es amor, es pureza. No es soledad sino tristeza. La luna no es solo un hermoso símbolo de estética, es más una puerta a las partes mas recónditas de tu alma que no te guía a tus ideas sino a los más oscuros sentimientos y acciones que has cargado contigo toda una vida.

Lo que siento no es solo por mi soledad, también es por aquellos deseos que tengo y no he podido realizar.

Es el amor que aun no puedo expresar, no es solo el hecho de desear ser amada, también es la amargura de desperdiciar a las pocas persona que me ha sabido querer. Es un simple dolor que no curan ni el tabaco ni el alcohol. No es ninguna coincidencia que al estar sola piense mejor, sin nadie con quien contar ó es que el simple hecho de no tener cariño te hace reflexionar, no es mas que una vacía y mordida idea pero aun así no te da vida.

Es gracioso pensar toda la gente que por la vida va pasando y no he sabido expresar lo que de mi ha hecho la agonía de nunca haberme expresado claro, la vida no es más que una comedia con extensas escenas de traición y dolor, ya que al ir acabando la historia te vas preguntando el porqué de tus acciones, el porqué callaste cuando podías hablar, el porqué tuviste que abandonar la lucha cuando todavía no habías empezado a pelear, así es mi vida un cuento de arrepentimiento y amargura.

Con suerte todavía hay algo por lo que vale la pena seguir viviendo, lo que me mantiene viva son unas criaturas (cuyos nombres no sabría definir) que tienen sus propios problemas, pero eso no les evita soportarte y apoyarte en todo momento aunque sea tonta, necia, que no es capaz de escuchar ni la voz del amor ni un buen consejo, esa es la gente por la que vale la pena vivir, la gente que me da mi alegría, mi vida y que además de que con ellos comparto un sentimiento más fuerte que el odio, el amor y la soledad, al que se lo llama amistad.

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